El Hospital Sant Joan de Déu apuesta por la digitalización de la atención en salud mediante este proyecto, que ha evolucionado a lo largo de la última década hasta llegar a la propuesta actual, influida por la realidad postpandémica.
La experiencia en transformación digital del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona se remonta al año 2009, cuando se impulsó el proyecto Hospital Líquido que partía de la base que los pacientes están más cómodos en casa que en el centro hospitalario. Para facilitar la atención a distancia, se detectó la necesidad de permeabilizar el modelo asistencial de Sant Joan de Déu más allá de las paredes del hospital, pudiendo ofrecer información inicialmente y atender a las familias a distancia, en una segunda fase.
En el primer período del proyecto, la digitalización se centró en los entornos virtuales y participativos. La evolución del Hospital Líquido fue, el año 2016, hacia un modelo de proactividad y recogida de datos (Hospital Líquido 4.0). En 2019 se impulsó el proyecto Cortex, basado en la inteligencia de datos y la atención no presencial (telemedicina y plataformas de contacto e información para pacientes y familias).
Uno de los principales objetivos del Hospital Líquido es anticiparse al cambio para impulsarlo en las situaciones que es necesario, algo que ha sido de especial utilidad durante la pandemia de COVID-19, cuando los nuevos hábitos y la normalización de la asistencia telemática se han hecho especialmente evidentes. Si bien antes de la pandemia la atención no presencial suponía un 18% de la actividad, durante la pandemia la cifra llegó a ser de más del 60% y posteriormente se ha consolidado en prácticamente un tercio de la totalidad de visitas.
En la consolidación del ecosistema digital, la forma de utilizar los datos y la información que se genera en el entorno hospitalario también ha cambiado. Si bien hasta ahora se aplicaba un modelo reactivo que analizaba los datos a posteriori, se ha virado hacia un modelo predictivo donde la algorítmica es la base para preparar a la organización antes de que se sucedan los cambios. Este sistema de funcionamiento permite, además, modificar los circuitos de toma de decisiones y estandarizar el modelo de atención no presencial.
El Cortex, infraestructura clave
El centro de control del hospital permite unificar áreas que requieren monitorización y abre la posibilidad de generar flujos para una gestión inteligente de los datos que aporte conocimiento y contribuya al buen funcionamiento del hospital. Mediante este modelo de recogida de datos, orientado a la previsión y la anticipación, se organiza el canvio de modelo asistencial para el hospital del siglo XXII. El Cortex está formado por tres grandes áreas diferenciadas.
Vertebra la atención no presencial y se vincula a las consultas de telemedicina y al e-Care. El objetivo de este centro es estandarizar las respuestas y atenderlas mediante todos los canales posibles. Se trata de un espacio abierto, con capacidad para la atención simultánea de consultas de distintas especialidades en tiempo real.
Punto de monitorización y control central, orientado a la recogida masiva de datos con el objetivo de diseñar sistemas de algorítmica predictiva. Permite controlar en tiempo real la actividad de ciertas áreas del hospital (quirófanos, hospitalización, etc) con el objetivo de optimizar los recursos disponibles y de mejorar la gestión, de acuerdo con las prioridades asistenciales.
Combina la monitorización de algunas áreas y la atención no presencial. Por ejemplo se ha aplicado en el área de cardiología, donde la monitorización del paciente permite trabajar en un modelo predictivo sobre la evolución del paciente. También se trabaja con grandes proyectos y partners (proyecto de telemedicina con Berga, Robot de asistencia a distancia de Teladoc, Red Únicas, etc).