Son las inmunodeficiencias más prevalentes y requieren, igual que en el caso anterior, un equipo experto que pueda realizar el diagnóstico y el seguimiento de los pacientes. Las inmunodeficiencias secundarias han aumentado en la última década como consecuencia de la aplicación de tratamientos que se utilizan para modular el mal funcionamiento del sistema inmunitario en diversas enfermedades como las autoinmunes o en tratamientos hemato-oncológicos. Esto puede producir desajustes y favorecer las infecciones y la aparición de este tipo de inmunodeficiencias adquiridas.
Los pacientes que sufren una inmunodeficiencia secundaria generalmente lo hacen de forma transitoria. Los especialistas de nuestra Unidad indican si es necesario el uso de antibióticos, inmunoglobulinas u otros tratamientos mediante un plan individualizado que adapta el tratamiento a la edad del niño, el grado de inmunodeficiencia y la situación clínica asociada.
Actualmente atendemos pacientes que presentan algún déficit inmunitario, transitorio o permanente, tras o durante el tratamiento de quimioterapia en patología oncológica o para pacientes que requieren tratamientos inmunomoduladores porque padecen enfermedades inmunomediadas. La intervención temprana de estos pacientes mediante la colaboración con los profesionales que indican los tratamientos inmunosupresores permite evitar complicaciones, en ocasiones severas, y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Tratamiento para las inmunodeficiencias secundarias
Tratamiento sustitutivo con inmunoglobulinas
No cubierto por la sanidad pública
Vacunación
No cubierto por la sanidad pública
Profilaxis antibiótica
No cubierto por la sanidad pública