Los niños que requieren ingreso en Unidad de Cuidados Intensivos son aquellos que presentan las situaciones más graves. Entre los casos más habituales que tratamos se encuentran los siguientes:
- Pacientes que desarrollan una enfermedad grave como por ejemplo la meningitis, meningoencefalitis o miocarditis.
- Pacientes oncológicos complejos.
- Pacientes con traumatismos graves.
- Asistencia en el postoperatorio de cirugías muy complejas como por ejemplo la resección de tumores o la corrección de anomalías congénitas, como pueden ser las malformaciones cardíacas. Asistencia también a pacientes de trasplante renal y médula ósea.
- Enfermedades que habitualmente no requieren atención en cuidados intensivos pero que, en su evolución, se agravan y hacen necesaria la vigilancia y el tratamiento en la Unidad. Es el caso de las neumonías o las infecciones víricas (por ejemplo, la gripe o la bronquiolitis). Las complicaciones pueden presentarse en niños sin ninguna enfermedad de base, pero se dan con más frecuencia en aquellos que tienen cardiopatías, neumopatías, enfermedades oncológicas u otro tipo de problemas.
- Niños que padecen enfermedades crónicas y que pueden encontrarse en situaciones graves. Es el caso de los pacientes con diabetes que sufren descompensaciones agudas.
- Casos de sepsis, una infección generalizada que afecta de manera grave a los niños y que puede poner en riesgo su vida. Si se diagnostica esta enfermedad, que atendemos con frecuencia en la UCIP, la prescripción de un tratamiento antibiótico precoz y el ingreso en la Unidad mejoran claramente las perspectivas de supervivencia.