
El aparato, un modelo innovador, se le ha implantado a un joven a quien detectaron la alteración genética que predispone a tener muerte súbita.
Guillem volvía de la escuela un día de mayo de 2024 cuando cayó desfallecido en la calle. Con tan solo 13 años había sufrido un paro cardíaco. “Guillem —recuerda su madre— llevaba un ‘holter’ porque, en una revisión que le habían hecho en el club de fútbol donde juega, le habían detectado una hipertrofia (engrosamiento de la pared del corazón), pero en ningún momento había habido ninguna señal de alerta ni alteración cardíaca que nos hiciera pensar que pasaría una cosa así”.
El destino quiso que a pocos metros de distancia de dónde Guillem sufrió la parada hubiera una ambulancia, que había ido a hacer otro servicio. Los profesionales de la ambulancia lo auxiliaron inmediatamente, le practicaron las primeras maniobras de reanimación y lo trasladaron al Hospital Sant Joan de Déu Barcelona.
Una vez en el centro, los profesionales de Cuidados Intensivos Pediátricos, con el equipo de la Unidad de Arritmias y Cirugía Cardiovascular continuaron haciéndole la reanimación porque las arritmias no cesaban y finalmente consiguieron controlarlas.
La gran preocupación era qué secuelas le podían haber quedado. “No sabíamos cuánto rato había estado Guillem sin oxígeno en el cerebro —explica la madre—. Le hicieron un TAC y no le detectaron lesiones graves, pero el principio de la recuperación fue muy difícil porqué no podía hablar, todavía hoy va al logopeda, y tuvo que volver a aprender a andar.” Afortunadamente, Guillem fue recuperando todas sus capacidades y en julio salió del Hospital.
Nuevo desfibrilador extravascular
Cuando los profesionales de la Unidad de Arritmias se encuentran ante un caso como el de Guillem, realizan un estudio a la familia para detectar si algún familiar cercano tiene riesgo de sufrir también una muerte súbita. Fue así como descubrieron que tanto la madre como el hermano mayor tienen la alteración genética que los predispone. Por ello, el equipo médico decidió implantar también un desfibrilador al hermano mayor. Por su parte, la madre es atendida en un centro de adultos.
“En este caso, le hemos implantado un nuevo modelo de desfibrilador extravascular que permite evitar tener cables dentro del corazón, es de menor tamaño que los que habíamos utilizado hasta ahora y tiene una duración muy larga, de unos 15 años. Es el primer dispositivo de este modelo que ha implantado un centro pediátrico a un paciente”, apunta el cardiólogo Fredy Chipa.
La ventaja del desfibrilador extravascular es que no lleva electrodos por dentro de las venas ni dentro del corazón, pero igualmente puede estimularlo en caso de que sea necesario. “Los desfibriladores de estas características son un avance tecnológico importante en pacientes muy jóvenes, en los que es todo un reto tratarlos adecuadamente a tan largo plazo”, concluye la Dra. Georgia Sarquella-Brugada, jefa de la Unidad da Arritmias.