Un pediatra de Sant Joan de Déu logra que los niños con tuberculosis en España reciban una medicación que no se dispensa en Europa
Durante cuatro años ha realizado gestiones con la compañía farmacéutica y con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para encontrar la fórmula que permita salvar los obstáculos administrativos y regulatorios para la importación de este fármaco
La tuberculosis es una enfermedad muy poco prevalente en España. En la actualidad, solo la presentan cuatro de cada 100.000 niños al año que, en la mayoría de los casos, se curan con un tratamiento farmacológico de entre cuatro y seis meses de duración.
En el caso de los menores de cinco años, este tratamiento resulta difícil de cumplir porque consiste en tomar en ayunas un cóctel de hasta cuatro fármacos, la mayoría de los cuales solo están disponibles en comprimidos que los padres deben moler y mezclar con agua, y que, además, no tienen un gusto agradable.
Hace años que una compañía farmacéutica india comercializa un comprimido que concentra todos estos fármacos en uno solo, que tiene un sabor afrutado (más atractivo para los niños) y que se disuelve fácilmente en agua. Paradójicamente, esta nueva formulación, que tiene un coste muy bajo porque se ha realizado a partir de medicamentos sin patente, se comercializa en los países de baja renta (donde la tuberculosis es muy prevalente), pero no en Europa ni en Estados Unidos.
Los requisitos que establecen las agencias del medicamento europea y estadounidense es la causa. “La compañía debe cumplir una serie de requisitos que no están relacionados con la seguridad ni la eficacia del medicamento. Es necesario invertir recursos en aspectos regulatorios y administrativos complejos y costosos; por ejemplo, la normativa exige un embalaje y ficha técnica individual para cada país europeo. Y dado que la tuberculosis es muy poco frecuente en Europa, a la farmacéutica no le sale a cuenta”, explica Ton Noguera, pediatra del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona y especialista en tuberculosis.
Este profesional, responsable de la Unidad de Tuberculosis del Hospital donde cada año se atienden a una cincuentena de niños y niñas con infección tuberculosa, ha movido cielo y tierra para vencer todos estos obstáculos y conseguir que sus pacientes dispongan de los comprimidos dispersables. En los últimos cuatro años ha contactado con diferentes sociedades científicas para hacer un manifiesto reclamando que los niños españoles puedan recibir la nueva formulación y, en colaboración con la compañía farmacéutica india y los responsables de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), ha identificado vías alternativas para importar la nueva medicación.
Y, finalmente, lo ha logrado. Desde el pasado mes de agosto, cualquier pediatra en España puede solicitar la medicación para un paciente: solo tiene que llenar una solicitud para que la AEMPS la autorice para “uso como medicación extranjera”, y los comprimidos llegan en dos o tres días al hospital y se dispensan gratuitamente a la familia. Esta es la fórmula que se utiliza para conseguir medicamentos no disponibles, a menudo muy nuevos, y que han encontrado los técnicos de la AEMPS para poder facilitar el acceso a los comprimidos dispersables a los niños y niñas con tuberculosis del país.
La iniciativa del pediatra Ton Noguera ha suscitado ya el interés de otros médicos de toda Europa y de algunas organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud o Médicos sin Fronteras, que se han puesto en contacto con él para interesarse por la iniciativa y mirar cómo pueden replicarla en sus respectivos países.