De Shanghái a Barcelona para una operación cardíaca a su bebé

Kenza nació en septiembre de 2023 en un hospital de Shanghái, donde le diagnosticaron un “agujero” en su corazón. Los médicos recomendaron a su familia realizar un seguimiento cada tres meses para ver su evolución. Tras el primer chequeo, los profesionales pronosticaron que la niña tendría que operarse, porque ese agujero no se cerraría solo.

Tras pedir segundas opiniones en varios hospitales de todo el mundo, la familia decidió que lo mejor para Kenza era operarla antes de que surgiera algún problema alrededor del corazón. Pamela, la madre de Kenza comenta que “el Hospital Sant Joan de Déu nos respondió muy rápido, hicimos una videollamada con el cirujano que respondió a todas nuestras dudas. Esto nos ayudó a tomar una decisión rápidamente y la semana siguiente ya volábamos de Shanghái a Barcelona”.

La familia comenta que cuando llegaron al Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, su case manager, les había preparado la programación de visitas con el equipo que la atendería, las pruebas a realizar, les presentó al equipo de acompañamiento espiritual… y en tan solo cinco días Kenza fue operada.

El Dr. Stefano Congiu, jefe del Servicio de Cardiología Pediátrica, comenta que “el diagnóstico de Kenza era una comunicación interauricular e interventricular sub-pulmonar por debajo de la válvula del pulmón, donde tenía un defecto de unos siete u ocho milímetros. Los defectos intracardíacos provocaban un aumento de flujo de sangre y presiones dentro del corazón, que tenía que trabajar con más esfuerzo y podía provocar un problema en el futuro. Durante la operación, los defectos se repararon implantando un parche y restableciendo los flujos correctos dentro del corazón y normalizando su función”.

La madre de Kenza valora muy positivamente que el cirujano les dedicó todo el tiempo del mundo, respondió sus preguntas con mucho detalle, y esto les transmitió toda la confianza y la seguridad de que estaban en buenas manos.

La operación duró cuatro horas y, posteriormente, Kenza estuvo ingresada en la UCIP dos días. La familia agradece que en todo momento pudieron estar a su lado. A las pocas horas de la operación ya le sacaron el ventilador y podía respirar por sí sola. La evolución fue muy rápida, al tercer día ya la trasladaron a una habitación en planta y en menos de una semana ya estaban en casa. La familia siguió viniendo al Hospital para llevar a cabo los controles de Kenza y, efectivamente, todo evolucionaba positivamente. En menos de dos semanas ya le dieron el alta y ya podían regresar a China.

Pamela, la madre de Kenza comenta que lo que más le gustó del Sant Joan de Déu fue la rapidez de la atención recibida, el calor humano y el acompañamiento durante todo el proceso. “Nos hemos sentido muy bien acompañados, cuidando hasta el mínimo detalle. Por ejemplo, antes de la operación, una persona de Child Life, estuvo con Kenza para que ella se familiarizara con las vías, con los elementos de la sala quirúrgica, la mascarilla, para que jugara con ello… y que no fuera tan traumático para ella durante el post-operatorio”